Estimados docentes/as:
Estamos viviendo una época en la que todo el mundo nos denomina: ADOLESCENTES.
La misión principal, durante nuestro paso por esta etapa, es la de desarrollar nuestras capacidades sentimentales e intelectuales, ¡tarea bastante complicada!
Os voy a presentar lo que los psicólogos llaman self-fulfilling prophecies, las proferidas que se cumplen simplemente por decirlas.
Si digo a alguien casi a diario que es un torpe, tiene muchísimas posibilidades de acabar siéndolo; pues nuestras expectativas condicionan el rendimiento de la persona. Así pues, del mismo modo, si digo a alguien que es un gran artista, también tendrá muchas posibilidad de llegar a serlo.
Nos cansamos de escuchar constantemente que nos toca pasar la crisis de la adolescencia, que sí o sí nos va a llevar a conductas irresponsables, falta de madurez y un largo, etc. que nos conduce a un inevitable caos. Y, de tanto escucharlo, nos damos cuenta de que eso es lo que espera nuestro entorno más cercano de nosotros/as. Lo vemos reflejado en las lecturas de nuestros padres, ¡de pronto! se cubren de libros y artículos con títulos como: “¡Socorro!, ¡Tengo un hijo adolescente!”, “Mi adolescente me vuelve loco” o “Manual para padres desesperados con hijos adolescentes” o peor aún, “No mate a su hijo adolescente”.
¡Madre mía que losa cargamos antes de empezar!
Pero queremos deciros que, por muy raro que os pueda parecer, casi siempre estamos satisfechos/as con nuestra vida. Nos gusta ser adolescentes, y somos mucho más capaces de lo que nuestro entorno piensa, y, por tanto, tenemos que manifestarnos y defender nuestro extraordinario talento.
Tenemos que tomar las riendas de nuestro aprendizaje, hacernos cargo de los mandos de nuestro desarrollo y de todas las formas que se nos ocurren, esto ¡es lo que estamos pidiendo a todas horas!, pero en la mayoría de los casos no nos sabes escuchar o no sabéis interpretar nuestros mensajes.
Confiar en nosotros/as, que sintamos que estáis sentados a nuestro lado, en este especial viaje por nuestra adolescencia y llevando nosotros los mandos de nuestra vida, viajaremos buscando la propia identidad, la necesidad de independencia, la negociación, el establecimiento de nuevas relaciones familiares y podremos asumir responsabilidades.
Somos conscientes de la importancia de nuestra etapa, sabemos que podemos mejorar nuestra inteligencia, gestionar mejor nuestros sentimientos, cambiar aspectos de nuestra personalidad, y eso ¡nos pone eufóricos/as! Esta ansia de libertad nos invita a liberarnos de limitaciones y miedos personales injustificados.
¡Queremos aprovechar la energía de nuestra edad, y desarrollar una pasión!
Esperamos que una nueva idea de la adolescencia, más vigorosa, exigente y optimista, llegue a nuestro entorno.